Hoy 24 de octubre celebramos el Día de las Bibliotecas. ¡Y qué maravillosa celebración para los filólogos y amantes de los libros! Mientras escribo esta entrada, escucho en la radio un programa en el que se están recordando escenas cinematográficas en las que aparecen bibliotecas de diversa índole: privadas, públicas, pequeñitas y acogedoras, gigantescas e impresionantes, generales, especializadas, jurídicas, mágicas, camufladas, escondidas, prohibidas… ¡Cuánta variedad!
Nuestra humilde biblioteca del IES Castillo de Luna está conmemorando este día, durante estas dos semanas, con una actividad que se basa en viñetas del magnífico Forges. Se han adornado las puertas de entrada y salida a los patios con guirnaldas creadas a partir de la cartelería oficial de este día y con viñetas de Forges en las que aparecen alusiones a las bibliotecas, a la lectura o a los libros. Los profesores hemos hecho llegar a todos los grupos de alumnos la información de este día. Su origen está basado en una biblioteca desaparecida: la Biblioteca de Sarajevo que se destruyó en 1992 por un incendio en el conflicto balcánico. Desde 1997 se toma este día para poner en valor este espacio tan maravilloso como puede ser LA BIBLIOTECA. Con el objeto de completar esta actividad, se ha animado finalmente a los alumnos a crear sus propias viñetas aportando así su granito de arena en la celebración de este día y las estamos colgando en los tablones de sus aulas y publicándolas en las redes sociales del centro (Facebook e Instagram), reconociendo de este modo su trabajo.
Mientras redactaba este breve escrito y escuchaba el programa de radio, he rememorado escenas de películas con bibliotecas como “Desayuno con diamantes”, “La Bella y la bestia”, “Harry Potter” o “Farenheid 461″. De todas las ideas que nos han ido desgranando a los radioyentes, me ha ilusionado la idea de imaginar lo que puede sentir una persona que experimenta ver una gran biblioteca por primera vez, es decir, el impacto que este lugar puede llegar a producirnos.
El programa ha terminado con estos versos de Miguel Hernández:
“Retoñarán aladas de savia sin otoño
reliquias de mi cuerpo que pierdo en cada herida.
Porque soy como el árbol talado, que retoño:
porque aún tengo la vida.”
Y con el recuerdo de estos versos y con la escena de una famosa película en la que la protagonista prende fuego a su propia biblioteca y a sí misma para evitar que sean los bomberos los que lo hagan, cierro esta digresión. En los tiempos que corren, en los que la cultura está quedándose en un segundo plano, nos asusta pensar en el argumento de la novela en la que se basaba esa escena que acabo de describir, la novela de Ray Bradbury titulada “Fahrenheit 451″ y que está ambientada en un mundo distópico.
Viendo todo el trabajo que tenemos por delante, van a tener que quemarnos a todos y no se lo vamos a poner fácil; pues la biblioteca es el lugar donde habita la cultura y los libros nos hacen libres. Quedamos pocas personas que trabajamos para la defensa, el cuidado, la transmisión y la difusión de la cultura. Somos pocas, pero seguimos aquí y no nos rendimos fácilmente.
¡Feliz Día de las Bibliotecas!